“¡Dios mío! … ¿y si no me gusto?”
Esa fue la respuesta de Felipe cuando Mafalda le preguntó sobre la frase “Conócete a ti mismo”:
Será qué podemos contagiarnos del entusiasmo de Felipe para luego caer en cuenta que somos capaces de examinarnos a nosotros mismos a tal punto de ver cosas que no nos gusten. Independientemente de lo que vayamos descubriendo, no deja de ser un asunto complejo embarcarse en ese viaje de autoconocimiento que probablemente nos lleve la vida entera.
Y es que el conocimiento de sí mismo, se ha debatido desde la antigüedad como precepto de sabiduría. La frase “Conócete a ti mismo”, inscrita en el Templo de Apolo en Delfos (Grecia) deja evidencia de ello. El tema del autoconocimiento ha sido parte de la filosofía y la literatura, perdurando hasta la modernidad cuando se le representa por ejemplo, con “un instrumento, entonces muy valioso, que permite conocerse y contemplarse a sí mismo: el espejo”. (Volpi, F. (Schopenhauer). 2022, p. 13).
Así, la metáfora del espejo consiste en la posibilidad que tenemos los seres humanos de mirarnos a nosotros mismos para conocer nuestro carácter, así como nuestros aciertos y desaciertos. Lo cual implica una gran capacidad de observación que va más allá de la contemplación. Tarea compleja para muchos de nosotros, que requiere de voluntad y esfuerzo. Pero, ¿qué es el autoconocimiento?.
Para intentar tener una respuesta, volvamos a Felipe, el amigo de Mafalda, que con entusiasmo ha dicho que la frase “Conócete a ti mismo” es excelente y comenzará a ponerla en práctica; es más, emocionado precisa que no va a parar hasta llegar a conocerse a sí mismo y saber cómo es realmente.
En primer lugar, debemos reconocer que Felipe va por el buen camino porque el autoconocimiento constituye una habilidad y como tal se desarrolla con la práctica, así que al haberse propuesto avocarse en ello, lo más probable es que tenga un buen inicio.
Pero además, con entusiasmo asegura que llegará hasta el final. Entonces, ¿cómo podría empezar Felipe semejante tarea? podría hacerlo tomando conciencia de sus emociones primarias (miedo, alegría, tristeza, ira, aversión y sorpresa) y secundarias (vergüenza, culpa, orgullo, placer, satisfacción, desprecio, etc.) para reconocer lo que siente frente a determinados acontecimientos internos y externos que lo impulsan a desarrollar una acción. De esa manera podría ir conociendo su carácter y sus errores, así como sus fortalezas y debilidades.
Felipe también podría empezar a notar cómo reacciona su cuerpo frente a determinados estímulos, cómo se comporta en el momento que siente miedo, tristeza o frustración, por ejemplo. ¿Qué es lo que normalmente dice o hace? o ¿qué no es capaz de decir o hacer?, ¿cómo se siente frente a ello?, ¿qué puede cambiar para sentir bienestar emocional? Todo ello con el fin de establecer mayor contacto con su cuerpo e ir descubriendo sus emociones y cómo las procesa.
Pero también, como dice Felipe, es muy probable que no le guste como es. Se ve cómo la duda asoma ante el deseo de Felipe. En este punto, podemos recordar a un gran filósofo que expresamente señaló su disconformidad con la idea de conocerse a sí mismo pues no le encontraba mérito alguno; estamos refiriéndonos a Goethe.
Si no compartimos la visión de Goethe y nos invade el entusiasmo de Felipe para emprender la tarea de conocernos a nosotros mismos, aunque con el riesgo de descubrir aspectos que no nos gusten, probablemente nos demos la oportunidad de “conocer nuestras fortalezas, debilidades, impulsos, valores e impacto en los otros” (Goleman, 2022, p. 8). ¿Consideras que vale la pena intentarlo?.
Lo mencionado anteriormente constituye el autoconocimiento, algunos de nosotros vamos a intentarlo como Felipe, aunque tengamos miedo por lo que pueda aparecer; en esos casos lo más probable es que se ponga a prueba nuestro coraje, impulsándonos a seguir adelante pese a todo. Otros, tal vez considerarán como Goethe que no tiene sentido emprender la tarea, y otros verán en estas líneas un buen consejo pero sentirán que hoy no es el día para empezar:
Porque como dice otra conocida frase: “Todo a su tiempo”.
Referencias:
Harvard Business Review Press (2022). Inteligencia Emocional y Autoconciencia. Editorial Reverté S.A.
Schopenhauer, A. (2022). El arte de conocerse a sí mismo. Alianza Editorial.
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